PSICOLOGÍA SOCIAL Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN DE MASAS


Encontrar la manera más precisa de llegar a la sociedad, a través de los medios de comunicación, ha sido objeto de estudio desde hace decenas de años.
Con el aumento de las plataformas para comunicar, así como la diversidad de mensajes y público al que se pretende llegar, muchas de las teorías o modelos propuestos desde hace varias décadas, ya fueron rebasados.
El repaso de estas teorías, realizado por Virginia García Beaudoux y Orlando D’Adamo, en el capítulo Psicología social y medios de comunicación de masas, se remonta a tiempos de la guerra mundial, en los que los medios y formas de comunicación no eran tan extensos como ahora.
Inicialmente nos hablan de la teoría de la aguja hipodérmica, con la que se apostaba al emisor (medios de comunicación) y al receptor (masas/sociedad), como los únicos participantes en el flujo de la comunicación.
Planteaba que las masas absorbían automáticamente y sin interpretación, los mensajes de los medios de comunicación, es decir, percibían dormida a la sociedad.
Esta teoría fue desechada posteriormente por varios autores e investigadores, quienes criticaban que este modelo no contaba con comprobación empírica.
Entre los años 1940 y 1960, surgieron otras teorías o modelos que desestimaron lo planteado anteriormente por la aguja hipodérmica o la bala mágica.
Estos modelos son la comunicación persuasiva y la perspectiva funcionalista (teoría de las gratificaciones).
En estos se establecía que los medios de comunicación no tenían mayor impacto debido a la presencia de grupos sociales, puesto que las relaciones interpersonales adheridas a ellos, permitían que la sociedad debatiera los temas proporcionados por los medios y de acuerdo a ideologías u otros factores, los grupos generaban opiniones o tendencias sobre los temas ofrecidos por los medios.
Parte de este posicionamiento fue probado por Lazarsfeld, Berelson y Gaudet, quienes en 1940 realizaron un estudio durante las elecciones en Ohio, Estados Unidos. De acuerdo a los resultados que obtuvieron, concluyeron que las personas mostraban más interés en intercambiar ideas que en obedecer a lo planteado por los medios.
Años más tarde, realizaron un estudio similar en el que concluyeron que la injerencia de los medios se ve afectada por la participación de los individuos en algún grupo u organización, el nivel de educación, el género y el estatus socioeconómico.
Fue en esta parte donde comenzó a percibirse que los medios de comunicación no eran el todo de la influencia sobre los pensamientos o decisiones de las personas.
Harold Lasswell sostuvo después que el papel de los medios de comunicación tenía un enfoque persuasivo, ligado directamente a las características y estilo del personaje que presentaba los mensajes.
Posteriormente surgió la teoría de las gratificaciones, en la que se estudiaba el papel de los medios de comunicación como un conducto a través del cual los individuos obtenían satisfacciones como el conocimiento, emociones, estatus, integración social y distracción.
Con estas teorías, denominadas “de influencia selectiva”, se aseguraba entonces que era la audiencia o los individuos quienes decidían qué información tomaban de los medios de comunicación y cómo la interpretaban para usarla a su beneficio.
Desde 1970 surgieron nuevas teorías que “devolvieron” la influencia a los medios de comunicación, aunque no como se percibía en un inicio.
Los enfoques críticos con la teoría crítica y la teoría culturológica, los Cultural Studies, la teoría de los efectos ideológicos, la teoría de los indicadores culturales, los Mass Media y el Establecimiento de la Agenda, consideran el entorno de los individuos como un factor importante, sin embargo establecen que ese entorno tiene determinadas orientaciones de acuerdo a los temas propuestos por los medios de comunicación, mismas que influyen a largo plazo en la ideología o comportamiento de las sociedades.
En estos estudios, comienzan a analizarse circunstancias como la cantidad de hombres y mujeres que aparecen en programas, películas o series de televisión.
También consideran que los mensajes son recibidos e interpretados de acuerdo al estatus social y al género, entre otros factores.
Aunque todas las teorías tienen aspectos destacables y comprobables en la actualidad, considero que las formas y los medios en las que actualmente se informa la sociedad, han rebasado lo planteado por estas teorías.

Luis Guillermo Ortiz Alva

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